Hermandad


La Pontificia y Real Archicofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Valle, San Juan Evangelista y San Pedro González Telmo, canónicamente establecida en la Ermita colocada bajo la advocación de San Telmo, de la Ciudad de Jerez de la Frontera, Diócesis de Asidonia-Jerez y provincia de Cádiz, data del año 1.575, aunque sus primeras Reglas fueron aprobadas en 1.588.
Se fundó esta Hermandad para incrementar el culto público, en lucha contra las herejías de la época, y para ejercicio de obras de caridad.
La Hermandad es una asociación pública de fieles, y una comunidad de fe, de amor eclesial y de culto. (Canon 298).
La presencia de un Sacerdote, ya sea en su calidad de Párroco ó en calidad de Director Espiritual, hará vivir en la Hermandad, la comunión eclesial, nos confirma en la fe de la Iglesia y nos induce a esperar de él las orientaciones precisas y el impulso espiritual. (Canon 564).
El fin principal y específico de la Hermandad es la promoción del culto público, que es el que se tributa cuando se ofrece en nombre de la iglesia por las personas legítimamente designadas y mediante actos aprobados por la autoridad de la Iglesia.
Son FINES primordiales de nuestra Hermandad:
  • Buscar la Gloria de Dios y aunar los esfuerzos de todos los Hermanos para lograr una vida cristiana más perfecta, que les permita promover el culto público y solemne a sus sagrados Titulares.
  • Practicar y ejercer obras de caridad entre los Hermanos y colaborar en las necesidades y urgencias de los pobres, especialmente los de la Hermandad, de acuerdo con las orientaciones y disposiciones de la Iglesia Diocesana.
  • La responsabilidad de confesar la fe católica, acogiendo y proclamando la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia y sobre el hombre, en la obediencia al Magisterio de la Iglesia, que la interpreta auténticamente.
  • El testimonio de una comunión firme y convencida en filial relación con el Papa, centro perpetuo y visible de unidad en la Iglesia Universal y con el Obispo, principio y fundamento visible de unidad con la Iglesia Particular. La comunión con el Papa y con el Obispo está llamada a expresarse en la de leal disponibilidad para acoger sus enseñanzas doctrinales y sus orientaciones pastorales.
  • La conformidad y la participación con el fin apostólico de la Iglesia que es la evangelización y santificación de los hombres y la formación cristiana de su conciencia, de modo que obtengan impregnar con el espíritu evangélico las diversas comunidades y ambientes.
  • El comprometerse con una presencia en la sociedad humana, que, a la luz de la doctrina social de la Iglesia, se ponga al servicio de la dignidad integral del hombre. En este sentido la asociaciones de los fieles laicos deben ser corrientes vivas de participación y de solidaridad para crear unas condiciones más justas y fraternas en la sociedad.
  • Participar en la obra de Caritas Parroquial, canalizando a través de ella y de la propia Bolsa de caridad Virgen del Valle la acción caritativa de la Hermandad.

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